¡Bienvenido, errante! ¿Qué te trae a mi cabaña? ¿A lo mejor te has perdido?

¡Saludado seas, maestro! ¡No es una simple curiosidad la que me ha traído aquí ni tampoco el aburrimiento! ¡Quería aprender cosas y adquirir tu experiencia, maestro!

Tu deseo es digno de admiración y a mi me vendría bien un ayudante. Espero que sepas que las ganas no son suficientes. Hay que perseguir el objetivo, poner empeño y trabajar mucho. Nuestra profesión es muy interesante. La exploración de la flora del mundo Faeo, la creación de herbolarios, la investigación científica y el análisis de plantas para poder aprovecharlas en distintas esferas de la vida, son sólo algunas de las ocupaciones de un herbolario. Pero, a pesar de todo, nuestro trabajo compensa. ¡Las hierbas que preparamos son utilizadas por los alquimistas para preparar los elixires de guerra más poderosos que existen! También debes ser consciente de que durante el aprendizaje tendrás que correr muchos riesgos y enfrentarte al peligro. Si piensas que has encontrado para ti una ocupación tranquila y pacífica, te equivocas. Además, si consigues la profesión de herbolario, ya no podrás llegar a ser geólogo ni pescador. ¡Mejor piénsatelo bien! ¿Estás seguro de tu elección y dispuesto a trabajar muy duro?

Sí, maestro. ¡Me lo he pensado muy bien y estoy listo!

Entonces escucha y recuerda. Emprende el camino y tráeme el cardo. Los alquimistas preguntan por él con mucha frecuencia porque se suele utilizar para preparar una variedad de elixires. Al no tener habilidades y al no ser herbolario, no podrás conseguir el cardo en el bosque tú sólo, pero puedes reunir información sobre él, visitar a la bruja Brugilda y pedirle ayuda. Ve a buscar a Brugilda, entonces. Si consigues volver con el cardo, te enseñare la profesión de herbolario.

Su objetivo:

Lleva el Cardo a Gerbier el Herbolario a la plaza municipal Dartong. Te ayudará la bruja Brugilda que vive en el pueblo Maettro.

¡Bienvenido seas, errante! ¿En qué estás pensando? ¿Realmente pueden atormentarle pensamientos tristes a un guerrero tan valiente y seguro de si mismo?

¡Hola! No es la tristeza, sino las ganas de obtener la profesión de herbolario. Estuve hablando con Gerbier el Herbolario que me encargó la tarea de conseguir el cardo. ¿Podrías ayudarme? Me ha prometido enseñarme los misterios de la profesión si se lo traigo.

¡Conozco a Gerbier, es un verdadero maestro! Has hecho bien de dirigirte a él. Puedo ayudarte. Tengo el cardo, pero no te lo daré así fácilmente. Tendrás que ganártelo.

¡Haré todo lo que me pidas!

Escucha entonces. Tengo una variedad de hierbas y flores. Te describiré tres, una de ellas será la que necesitas, el cardo. Si adivinas cuál es, te lo daré y así cumplirás lo que te ha pedido el maestro.
La primera planta tiene hojas grandes en forma de corazón,
La segunda, un tallo de muchas ramas y hojas que se dividen es partes largas y finas como el hilo,
A la tercera la suelen llamar mala hierba.
Dime, ¿cuál de las tres necesitas?

Creo que la primera planta es el cardo…

Creo que la segunda planta es el cardo…

Creo que la tercera planta es el cardo… (elijo este)

¡En efecto! El cardo suelen llamarlo la mala hierba. En mi opinión, no se merece este nombre. Lo has conseguido, por eso te doy la hierba, tal y como te he prometido. ¡Vuelve a la casa de Gerbier el Herbolario!

Su objetivo:

Lleva el Cardo a Gerbier el Herbolario a la plaza municipal Dartong.

¡Has cumplido la tarea y has traído el cardo! Aparentemente te lo tomas en serio y de verdad quieres aprender exactamente esta profesión. Está bien, te la voy a enseñar.
Para dedicarte a la ciencia herbolaria, necesitarás una hoz. Puedes comprarla en la tienda del vidente, en el pueblo Maettro.

Ahora ya has conseguido la profesión de extractor, por lo que, para iniciar los trabajos no nos falta mucho.

¿Qué es lo que me falta?

Debes tener una herramienta. Sí… Realmente, podría prestarte uno de los míos si cumples mi petición. ¿De acuerdo?

¡Ah, eres tan bueno! ¡Por supuesto, acepto el trato!

Mira, hay un asunto… Una vez, me enteré de que en nuestro mundo, se podían encontrar apuntes, gracias a los cuales te vuelves más sabio y más culto. Sin embargo, sólo nuestro sabio es capaz de descifrar los textos misteriosos. Ahora, cuando alguien encuentra algo que parece ser sabiduría secreta, va corriendo al sabio. Le llevé varios papeles, pero no contenían nada valioso. Pensé que igual el sabio tenía algún tipo de prejuicio contra de mí. Por eso quería pedirte que le llevases un documento extraordinario que hace poco cayó en mis manos. Qué le eche un vistazo, a lo mejor esta vez funcione.

Su objetivo:

Ve a Flavio el Sabio al Poblado Faitir y averigua, qué es lo que han escrito en los papeles apilados, después vuelve al Gerbier el Herbolario a la plaza principal.

Guerrero, a juzgar por tu cara seria, has venido con un asunto importante. Tengo que advertirte sin embargo, que no tengo mucho tiempo, dime pues, rápido, ¿de qué se trata?

¡Hola, el más sabio de todos los sabios! Tengo aquí algunos papeles… ¡Me gustaría saber, si no es una de estas sabidurías secretas, de la que todos están hablando!

Veamos… Estoy, realmente, hasta el moño de todos los visitantes que me traen trozos de papel, pero a veces, se encuentran entre ellos documentos interesantes. Sí, sí… Qué tenemos aquí… Mmm… ¿De dónde los has sacado?

¿Por qué? ¿Es algo realmente valioso?

¡No digas tonterías! ¡Este papel no tiene ningún valor! ¡Por todos los dioses! ¿Cuándo por fin nuestros guerreros trabajadores, encontrarán todos los apuntes de locos, recetas para empanadas y otras porquerías? ¡Llévate tu «papelito» y déjame trabajar!

Perdona, el más sabio de todos los sabios, por haberte interrumpido… Pero me gustaría saber ¿qué información contienen estos papeles?

Eh, guerrero… Es una simple lista de objetos necesarios para el uniforme del ejército de los gnomos. No es nada especialmente interesante. Puedes marcharte ya. Ven, cuando encuentres algo realmente valioso.

Su objetivo:

Vuelve al Herbier el Herbolario a la Plaza municipal Dartong y cuéntale sobre el contenido de papeles apilados.

¡Guerrero, te estaba esperando! ¡He soñado incluso que en los papeles que te había entregado, se había cifrado una información terrible! Dime, rápido, ¿es esa… la sabiduría secreta?

Tengo que decepcionarte, maestro, pero en estos papeles no hay nada interesante, ni importante. No me lo he inventado, lo ha dicho el sabio.

¡Sssssabio! ¡Parece que ese viejo quiere tomarme el pelo! ¡O quizás algo peor! ¡Ya lo sé! ¡Seguramente ha leído algo de mucho valor en mis papeles y simplemente se ha guardado la sabiduría para él! ¡No quiere que nadie compita con él y que sea igual de sabio! ¿Qué le vamos a hacer? ¡Algún día triunfaré yo!

Maestro, ¿y qué pasa con... la herramienta?...

¿Con la herramienta? ¡Ah, herramienta! Yo, a diferencia de algunos, ¡siempre cumplo la palabra! Aquí tienes la herramienta prometida. Toma y aprovéchala. ¡Qué injusticia! A algunos les va de maravilla y a mí, como siempre, mal. ¡Qué remedio!...

Premios:

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